viernes, 23 de noviembre de 2007

A quien pueda interesar

Para aclarar a las personas, muchas o pocas, que puedan leer este blog:


El hecho de que me permita hacer "críticas" a la Oposición de este país, de tildarlas según mis preceptos con los más terribles epítetos y de hacer uso, tal vez mal uso, de mis ironías, no me hacen miembro "gold star" o VIP ni del PSUV, ni me inscribe necesariamente dentro de las filas chavistas, por lo menos no de esas que aplauden en forma reverente y fanática, todas las acciones de Chávez y su gobierno.


Asímismo, el hecho de que con la misma disposición de ánimo arremeta contra algunas acciones de Chávez y de su gobierno, sea en la persona del Defensor del Pueblo (si es que él es una persona y no una teoría o en todo caso un fantasma), o de cualquiera que ejerza un cargo público relevante, y que por x o por y, se le haya olvidado, haya perdido la brújula y no se acuerde para qué está ahí, en resumen, sea él o cualquiera de ellos; eso, tampoco significa que alguien va a encerrarme entre las filas de la Oposición. Yo ciertamente chavista, de esas chavistas que aplauden, que reverencian, que se limitan a repetir a Chávez en sus palabras y acciones, de esas, exactamente de esas, no soy ni lo seré jamás. Pero de Oposición, de esta Opocisión que lleva ese nombre porque no hay otro, de eso no he sido nunca ni lo seré jamás, por elementales normas de higiene.

Sin embargo, el día que digan o hagan algo medianamente bueno, razonablmente decente, no tendré ni la culpa para decirlo aquí y donde quiera. Cualquiera de ambos bandos. Léase así.


Soy una ciudadana de este país. Nacida y criada aquí. No he vivido en la estratósfera, ni soy marciana. Hasta magallanera soy. Mi cédula de identidad dice: venezolana. Ese detallito, ese pequeño detalle, me autoriza moralmente para apluadir lo que considero que vale el aplauso y a rechazar lo que considero que vale el rechazo.

Este derecho, como es obvio, no es particularmente de mi uso exclusivo. Cada quien hace la lectura de los hechos, según las herramientas y los conocimientos que dispone para ello. Y hasta en esos casos, las conveniencias juegan su papel preponderante.

Oriana Fallaci contaba en su novela "Nada y así sea" la Guerra inútil y absurda del Vietnam. (Como toda guerra) Gente que estaba peleando. Un hombre mataba a otro sin siquiera conocerlo, pero no matarlo significada la propia muerte. Ella decía si quien sabe, en otros términos, a esa hora y en ese instante, esos hombres atormentados, y según sus testimonios los hubo, quien sabe si pudieran estar compartiendo un café, comentando un libro o en todo caso ingnorándose el uno al otro. En lugar de eso se estaban matando. Una vez más, la especie se aniquilaba por culpa de quienes decidieron sus vidas, encerrados en un despacho con aire acondicionado, seguros y civilizados. Unos invadieron y los otros resistieron. Resultado: muertos, miles de ellos. De los dos bandos. ¡Qué porquería!

El que tenga oídos que oiga.


En valencia, a los tantos días del mes de noviembre de 2007.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy válida tu posición!

More dijo...

Saludos Mariale. Tiempo sin verte.
Bea: No, amiga no he pensado en cerrar el foro y por supuesto que la gente puede opinar como quiera: las opiniones son o para rechazarlas o para aceptarlas, pero en todo caso para respetarlas. Lo que quiero es que las personas que nos honren con su presencia, pues sepan a qué atenerse en lo que a mi respecta.
Un abrazo.