miércoles, 3 de octubre de 2007

CUANDO BOLÍVAR ES LA EXCUSA!!!!


(Para mi amiga Martha Beatriz)
(Cuando Bolívar es la excusa, está como en la foto)
...Y a lo lejos el Ávila, o lo que se llamará en lo adelante el Guaraira Repano, por los caprichos de Chávez que anda en eso de rescatar la identidad de este pueblo. Nada más noble que el presidente se empeñe en restituirnos la venezolanidad, nada más digno, como si se tratara de algo que perdimos durante el gobierno de Pérez en el andén de esa vergüenza que se llamaba Terminal del Nuevo Circo; o como si se tratara de algo que alguna vez hayamos más que tenido, ejercido. Sus esfuerzos se han cosificado, y ya algunos elementos del paisaje natural se llaman Negra Hipólita, Francisco de Miranda, Sucre, sin olvidar la adjetivaciòn de Bolívar, para llamar a cuanto parapeto existe, bolivariano. Porque de gobierno pa abajo, todo lo que conocemos y existe en este país y todo lo que quiera, incluyendo al pueblo, no desentonar con la sinfonía de la Nación, se dice, se nombra y se califica de bolivariano. El domingo amanecí preguntándome, rodeada de la bulla de gente, de la marea de compatriotas del mercado de Quinta Crespo, si alguna vez esto que llamamos Venezuela, por obra y gracia del mismo presidente, acabaría llamándose de otra forma tal vez en idioma guayú o yanomami, que a la hora del té, o del tinto, son nuestras raíces más puras. Hasta visualicé el momento en el cual América dejaría de llamarse así en (des) honor del navegante italiano y la posibilidad de que el Presidente nos sorprendiera con la buena nueva de que nuestro idioma oficial sería el warao a ver si por fin nos entendemos y para darle honor a quien honor merece.No sé si a largo plazo ese peo de volvernos hijos “autóctonos” de esta tierra en lo que se ha empeñado Chávez, dé sus frutos. Dudo de que me sienta más venezolana si debido a esos gestos presidenciales, una cachapa con chicharrón a las 4 de la mañana, se convierta en lo más patriótico y compatible con el nivel etílico en 200. O que a Caracas, el cambio de nombre le confiera la dignidad que haya podido tener alguna vez, sea cual fuera el tiempo. Al fin y al cabo, Caracas responde al nombre de las tribus que otrora la poblaban, y qué?Quitarle el nombre a la avenida Raúl Leoni para colocarle el de Francisco de Miranda es para mí lo mismo que ponerme ropa limpia sin bañarme. ¿Se verá mejor la avenida?, ¿eso será garantía de no roben a uno por ahí, de que no nos matraquee un fiscal o un policía, será eso una promesa de que no tendrá huecos, o no estará sucia, o estará alumbrada? Y, finalmente. ¿No somos los mismos los que pasamos por ahí?
Raúl Leoni representa mi identidad tanto como Francisco de Miranda, y como Alí Primera , Andrés Galárraga o los cursitos de inglés de la Academia Americana. Si hay algo de nacional aquí, además de la ramita de cilantro en el hervido de res, ES la tradición ancestral de la corrupción de los funcionarios públicos, la impunidad que deja pálido al Churum Merú. Sin olvidarse, faltaba más, de los nostálgicos versos de “Las uvas del tiempo” que oímos todos 5 minutos antes del cañonazo del 31 de Diciembre.Usted puede cambiar 20 veces la Constitución, Presidente. Usted se levantó un día y entendió y decidió que esa era nuestro clamor popular y nuestra principal urgencia. Puede ponerle el nombre que quiera a cuanta calle o plaza pública tenga la geografía nacional, pero con eso no conseguirá la libertad de este pueblo, si es que eso es lo que significan sus actos. Con eso no dejaremos de ser o de sentirnos extranjeros, lo que explica la variedad de nuestros gustos. El asunto, según las vainas de Simón Rodríguez, eran de otro calibre.Los venezolanos somos indefinibles y eso es lo que usted tiene por pueblo. Lo que tenemos y entendemos como cultura e identidad, es y ha sido un caldo donde muchos han metido la mano y se ha puesto morao. Nada es enteramente nuestro. Desde Bolívar europeo, educado y pensado por los Clásicos; desde Miranda que posiblemente prefería la comida francesa a un mojito de cochino en brasas; desde Bello y Simón Rodríguez, hasta la carta de Derechos Humanos que se redactó en Europa., pasando por el anhelo petulante de afrancesar o neuyorquizar o cubanizar al país. Hasta llegar, Presidente, hasta llegar a esta mezcla de gran colombinos, spanglishados que somos, es decir, técnicos superiores en filantropía en los deportes de riesgo.
¿Qué es lo que usted quiere recuperar para nosotros?¿Qué es lo usted quiere que digan los libros? ¿Quién le dijo a usted que los educadores usaban los libros para algo que no fuera la decoración? ¿Quién le dijo que los libros en este país son algo más que un pensamiento abstracto del hombre común?¿No se ha puesto a pensar porqué un chorrero de venezolanos sentimos que Billos es más nuestro que Antonio José de Sucre o el que le maestro Vicente Emilio Sojo? ¿No se da cuenta usted de que unos quince años con mariachis, o un ataque de pacifismo con Jonh Lennon de fondo es tan legítimo como el derecho de palabra de los asambleístas indígenas en la Asamblea Nacional? No se ha percatado usted de que algún día, si es que a usted se le ocurre irse de Miraflores o si es que esta comparsa de inservibles que conforman la “oposición” y quienes gracias a su "benevolencia" todavía existen, no lo echan, algún día, a alguien se le podría ocurrir llamar a la autopista San Felipe-Barquisimeto, autopista “Hugo Rafael Chávez” y a usted no le va a gustar que un imberbe con poder pueda objetar e incluso impedir el acto más trascendental al que aspiramos todos los venezolanos, después de la santificación de José Gregorio Hernández, claro está?Usted anda en ese empeño de devolvernos la identidad nacional. De regresarnos lo que a decir verdad, legalmente jamás se nos ha perdido Porqué, dónde está la denuncia? ¿quién la puso y dónde? La identidad nos fue robada, nos fue saqueada, el día en que los españoles nos invadieron. La cosa es desde ese entonces. A partir de ahí empezó esta historia de "variedad cultural". Dése cuenta de que han pasado más de 500 años. No hay hechura de libros que no las devuelva, no hay cambio de nombres que nos restituya nada que no sea la nostalgia. Fíjese en todo el dinero que el “Estado” invirtió para que el caballo del escudo volteara para otro lado. Por lo menos 10 hospitales DECENTES se hubieran construido con esos recursos. Y un hospital DECENTE sí que es una nostalgia, Presidente.El caballo ve pa otra parte y qué? Tenemos otra estrellita, y qué? Le quitarán tres ceros a la moneda, arráncame la vida, Y QUÉ?
Tenemos problemas muchos más graves, Presidente. Usted no es Jaime Lusinchi, ni Luis Herrera, ni Pérez, que fueron de lo Nacional, la parte más vergonzosa. La tierrita debajo de la alfombra. Usted tiene un nombre. Usted se llama Chávez y se siente como Chávez, no es así? Usted no se siente como Bush, o sí? ¿Tendremos que decirnos algún día que tuvimos un presidente que se llamaba Hugo Chávez, Y QUÉ?...

2 comentarios:

Ale Calcines dijo...

Pase a saludarte..buen blog!

More dijo...

Gracias por visitarnos Ale, vuelve cuando gustes. Saludos!!!!